jueves, 26 de febrero de 2009

Yo no tengo miendo luers

Quiero dar mi opinión, no para con ella tratar de convencer a nadie, más bien porque creo que es necesaria darla a conocer. El próximo 15 de marzo iré a la urna en la cual me corresponde votar, sin miedo, convencido de que se hace necesario detener el desastre que se está cometiendo contra nuestro país. El saqueo ha sido terrible. No bastaron únicamente los piratas españoles para llevarse los productos preciados de nuestras tierras. Actualmente, y desde hace 20 años, los grupos de poder ligados a ARENA nos han dejado sin recursos, al venderlos a las transnacionales que entran y salen de nuestros países cada vez que se les antoja. ¿Qué nos queda ahora? Tierras áridas y sin vocación agrícola; agua contaminada y que nos toca hacer consumo de ella; humo, contaminación, deforestación… y si esto fuera poco, más y más compatriotas migrando a Estados Unidos y el resto del mundo día con día, a tal grado que se cuentan al menos 500 personas saliendo del país diariamente.
Que bueno que ARENA se llene la boca manifestando su logro de la Paz con Cristiani, sólo eso le queda. Pero que mal que esa paz nos haya traído mayores índices de violencia y criminalidad, resultado de una política de dejar hacer, dejar pasar. De qué sirvió capacitar a la mejor policía de Centroamérica, como resultado de los acuerdos de paz, si luego llegan directores incapaces, que con sus actitudes de “robocops” o “superhéroe de marvel” tratan de llevar “la tranquilidad a todos los hogares” de El Salvador con victorias pírricas. Pero por qué estos directores de la PNC no han atacado las raíces de la criminalidad? Está claro que ellos no quieren vérselas en problemas mayores. Está claro que ellos no han querido tocar a sus amigos y aliados en el poder y que ahora son parte de cárteles de droga y que comparten los beneficios del lavado de dinero y demás artimañas con las cuales logran ampliar sus capitales. Pero también está claro, que la raíz de la criminalidad, también radica en la carencia que las personas, que habitan esta nación, tienen para lograr mejores oportunidades, para llenar sus necesidades. Estas oportunidades han sido negadas, estructuralmente, desde hace muchas décadas en El Salvador. ¿Cómo no va a salir a las calles una persona a robar si en su casa no tiene qué comer? ¿Cómo no va a salir esta persona a robar si no tiene ofertas reales de empleo con estabilidad? Las maras se agrupa y llevan a cabo sus acciones no sólo porque sus integrantes provienen de familias desintegradas u otros problemas intrafamiliares, sino también porque el estado no se preocupa de proveer a la niñez y a la juventud de lugares de esparcimiento, así como una buena educación, rodeados de calidad de vida.
Sin embargo ARENA se llena la boca con sus anuncios propagandísticos, que en estos 20 años de gobierno ha sacado a la nación adelante. Adelante en qué? Adelante con los mejores centros comerciales (mall al estilo gringo), adelante en las mejores carreteras que ahora tenemos, adelante con las privatizaciones de los recursos del estado, adelante con préstamos internacionales que no hay necesidad de pedir, sólo porque las personas que laboran en el Ministerio de Hacienda no quieren llevar a cabo el cobro de los impuestos a las empresa que saben muy bien que los evaden. Esos impuestos que no quieren cobrar nos reducen las capacidades de generar a nivel nacional una mejor calidad de vida: más empleos, mejor educación, mejor salud. Y qué decir de la cobertura de los beneficios que las generaciones mayores se han ganado durante toda su vida productiva y a la cual no tienen acceso real, porque el sistema de pensiones está amañado (privatizado) y les niega los beneficios que han ganado y que son retribuidos a cuentagotas, como si fueran mendigos.
Este 15 de marzo iré a votar sin miedo, porque no quiero que esto continúe. ¿Qué más da que ARENA, a través de sus medios de comunicación y su campaña de terror me diga que si gana Mauricio Funes nos llevará a una crisis? ¿Qué más da que ellos me digan que El Salvador será una nueva Cuba, Nicaragua o Venezuela? Ya no me da miedo todo eso que me dicen sus anuncios. Más miedo me da ver que día a día hay más miseria por las calles, que más personas se suben a los buses a pedir para comer, que las filas para pedir un trabajo crecen, que los hospitales no tienen los medicamentos necesarios para curar a los pacientes, que la gente tiene que tomarse predios baldíos para construir sus champas de cartón. ¿Qué hemos heredado de estos 20 años de engaños y fantasías? ¿Qué podemos esperar dejarle de herencia a las siguientes generaciones, si ellos se siguen acabando a El Salvador? Porque ya no quiero más mentiras, porque deseo una patria diferente, porque mis compatriotas y yo nos merecemos un país lleno de esperanza, porque ya no tengo miedo: yo estoy decidido a votar por el cambio.

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